Los cítricos son cultivos en los que es sumamente importante suministrar los nutrientes necesarios en el tiempo y forma que la planta necesita en cada fase de desarrollo. La mejor manera de llevar a cabo esta fertilización racional es por medio de la fertirrigación, técnica con la que sabemos con precisión qué le estamos aportando al cultivo.
Los cítricos son por lo general plantas sensibles a la salinidad, por lo que en el caso de aplicar fertilizantes que contengan cloruros hay que asegurarse de disponer de agua de riego suficiente y relativa buena calidad en cuanto a salinidad.
El exceso de nitrógeno puede provocar crecimiento vegetativo excesivo, mayor incidencia de plagas, engrosamiento de la piel de la fruta y de las hojas, retraso en la maduración y el desarrollo del color, reverdecimiento en variedades tardías y carencias de fósforo y micronutrientes.
El fósforo acelera la maduración. Provoca frutos con piel más fina y más zumo.
Los cultivos cítricos tienen especial necesidad de potasio en maduración, el cual adelanta y uniforma la madurez, incrementa el peso y la calidad de los frutos.
Para una fertirrigación racional del cultivo del cítrico se deben considerar los siguientes aspectos:
La muestra de hojas para analizar se tomará en Octubre, de hojas de la brotación de primavera, de 5-6 meses de edad, y de hojas de la periferia, de los cuatros puntos cardinales, a una altura de la zona media de la copa del árbol. En España se toman, generalmente, hojas de ramos sin fruta.
Niveles medios de macronutrientes y micronutrientes de hojas de brotes de primavera muestreadas en octubre.
El diseño y formulación de las soluciones fertilizantes se ajusta en cada etapa del cultivo: brotación-floración de primavera, cuajado del fruto, fructificación e inicio del letargo.