En nuestro país se denominan Plataformas de Financiación Participativa. Se trata de un micro mecenazgo o financiación colectiva que usa internet para llegar a aquellas personas interesadas en colaborar con un proyecto a cambio de una contrapartida, que puede ser tanto material como económica.
Debido al fuerte componente social que tiene este modelo, las redes sociales tienen mucho que ver en esto, pues son capaces de difundir y acercar un proyecto con toda su historia, objetivos y características al público de forma rápida y personal. El éxito del crowfounding radica además en las cantidades a invertir, ya que estas pueden ir desde los pocos euros, hasta los miles, dependiendo del proyecto. Es el colaborador el que decide qué cantidad quiere aportar dentro de una serie de opciones que los promotores ponen a su disposición, cada cual con su respectivo beneficio correspondiente. Sin embargo, recientemente el gobierno de España, ha incluido una medida en el anteproyecto de la nueva Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, que pretende regular el importe máximo de este tipo de captación de fondos en líneas generales a 1 millón de € con aportaciones máximas de 3000 €. Se pretende así reglar al igual que lo hacen EEUU y Reino Unido llenando un vacío legal en este campo en nuestro país, lo que ofrece mayor seguridad a los inversores, pero pone limitaciones, al contrario de lo que sucede en estos países.
A nivel mundial en 2013 se alcanzaron alrededor de los 2000 millones de €, de los cuales 750 millones se movieron en Europa. El mercado del crowfounding en España está valorado entre unos 10 y 30 millones de euros según distintas fuentes. Un valor que se nos antoja corto para las posibilidades que tiene este modelo de financiación que ya usan en todo el mundo sectores tan dispares como el cine o los avances tecnológicos. Precisamente estas posibilidades pasan también por un sector, el agrícola, en el que España está todavía echando los dientes en cuanto a redes sociales y comunicación a pesar del espectacular crecimiento de los últimos años.
Sin ir más lejos y a modo de ejemplo, una asociación de Castilla y La Mancha ha lanzado una campaña de crowdfunding para recaudar unos 35000 euros para cultivar media hectárea de azafrán en Toledo y así crear puestos de trabajo a lo largo del año. Ver más aquí .
En Internet existen varias plataformas a través de las que se pueden presentar al mundo los diferentes proyectos y multitud de redes sociales con las que darle difusión. Dar ese primer paso “económico” por medio de las vías tradicionales suele ser complicado en estos tiempos, y a priori, el crowdfunding parece ser una buena manera de convertirse en un verdadero emprendedor, incluso a nivel local, siempre y cuando el objetivo convenza al público, qué es de lo que se trata.
Equipo de redacción.
Gat Fertilíquidos